Cuentas corrientes, 'repos', depósitos, bonos y fondos son los productos más habituales para sacarle todo el jugo al excedente de caja. La liquidez es uno de los requisitos más relevantes.
Una empresa de éxito no es solo aquella que es capaz de ganar dinero. También debe saber qué hacer luego con él. Por tanto, es imprescindible saber cómo gestionar la tesorería e invertir adecuadamente ese excedente en metálico que tanto esfuerzo ha costado obtener. ¿Qué principios básicos hay que tener en cuenta? Lo primero de todo es "calcular de forma anticipada, y con un horizonte anual, cuáles van a ser las necesidades de financiación corriente y los eventuales ejercicios de tesorería a lo largo del ejercicio y en función del plan de negocio estipulado". De ese modo, se puede saber de cuánto dinero se dispone para invertir a un año vista (siempre que el excedente de tesorería sea positivo).
En segundo lugar, hay que tener en cuenta los diversos criterios que condicionarán la elección de un producto financiero u otro. El más importante de ellos es la liquidez, es decir, el grado de disponibilidad de la inversión, ya que en cualquier momento puede surgir un imprevisto, como un impago por parte de un proveedor o un gasto inesperado, lo cual nos obligará a echar mano de la caja.
Entre los criterios en los que recomiendan fijarse los expertos también figuran el plazo estimado para la inversión, el perfil de riesgo, los conocimientos financieros del cliente y el coste de oportunidad .
Siguiendo estos parámetros, el director financiero de la empresa cuenta con diversos productos con los que sacarle todo el jugo a la tesorería:
Cuentas corrientes. Las cuentas corrientes (también llamadas a la vista) son la opción más líquida, ya que permiten recuperar el capital en cualquier momento. Se puede optar por una cuenta corriente remunerada, que reportará un interés en un periodo determinado. Ahora bien, será modesto, ya que suele estar vinculado al euribor, que actualmente está en negativo. Es importante valorar las comisiones que genera, tanto de mantenimiento como las que puede aplicar a las tarjetas asociadas.En cuanto a las empresas que generen parte de sus ingresos fuera de España, existen varias opciones: "Pueden tener una cuenta multidivisa o cuentas específicas en el extranjero, en aquellas monedas locales con las que operan. Estas cuentas en moneda local facilitan el pago a los clientes de la pyme y permiten cobrar o repatriar fondos sin coste de transacción, como si se tratara de una empresa o ciudadano local", explica Líbano.
Depósitos. Estos productos ofrecen un tipo de interés a un plazo fijo, aunque son menos líquidos que las cuentas, ya que normalmente los bancos penalizan a los clientes que retiran su dinero antes de que venza el plazo (si bien esta penalización suele restringirse al rendimiento obtenido hasta ese momento). En ocasiones, la empresa puede negociar el tipo de interés en función del importe. También si cuenta con otro tipo de productos contratados (créditos, seguros, tarjetas, etcétera).
Repos y bonos. La renta fija supone otra de las alternativas más conservadoras. El producto más seguro y con mayor liquidez son los repos. Se definen como contratos de reposición con garantía de recompra referenciados a Letras del Tesoro. Son ideales para gestionar las grandes puntas de Tesorería, ya que se trata de una inversión segura, con liquidez y a la que no se aplica retención fiscal. La rentabilidad, eso sí, es mínima. En cuanto a la inversión en renta fija, la rentabilidad (así como el riesgo) dependerá del plazo del bono y del emisor. Se recomienda para inversiones a largo plazo (acordes con el plazo de la emisión), aunque en caso necesario, se puede obtener liquidez vendiendo el bono en el mercado secundario.
Fondos de inversión. El riesgo de este producto, y por tanto su rentabilidad, depende de los activos en los que invierta. Los más seguros son los monetarios, mientras que los fondos de bolsa son idóneos para los perfiles más agresivos. Ofrecen liquidez diaria y cuentan con ventajas fiscales, ya que permiten aplazar la tributación hasta el reembolso. Los fondos han ganado atractivo en un entorno de tipos de interés en mínimos. ¿Cómo escoger los más adecuados? Si no se conoce este producto siempre se puede optar por el servicio de carteras gestionadas. De esta forma, la empresa delega en la entidad financiera o firma de asesoramiento la elección de los fondos más adecuados (a los que se puede sumar otro tipo de activos). El servicio incorpora una comisión de gestión. Lo primero es calcular de cuánto excedente de tesorería se puede disponer a un año vista Las firmas con ventas en el exterior disponen de cuentas multidivisas o en moneda local.
Qué peso debe tener la liquidez
La liquidez es un criterio clave a la hora de gestionar la tesorería de una empresa, ya que por más que seamos prudentes en las expectativas de ingresos y gastos, siempre es posible que tengamos que recurrir a la caja de forma imprevista. En este sentido, hay que tener en cuenta que un activo es más líquido cuanto más fácil sea recuperar la inversión, sin menoscabo de su valor y de la rentabilidad generada. Por ejemplo, un depósito permite recuperar el capital inicial antes de que venza el plazo, pero a menudo penaliza al cliente a costa de los intereses que ha abonado hasta ese momento.
Los expertos recomiendan que los excedentes de tesorería se inviertan principalmente en los productos de mayor liquidez, como cuentas corrientes y repos. No existe un porcentaje estándar, aunque los activos más líquidos suelen rondar el 80% de la cartera, según fuentes del sector bancario. El resto suele destinarse a otros productos financieros como depósitos, bonos y fondos de inversión. Lógicamente, los negocios en los que la capacidad para predecir los flujos de caja sea menor deberían elevar este colchón de liquidez.
CINCO CRITERIOS A TENER EN CUENTA
1 La liquidez, es decir, el grado de disponibilidad de la inversión, debe ser el criterio estrella, por si acaso la empresa afronta imprevistos y debe recurrir a la caja.
2 La estrategia de tesorería vendrá marcada por el horizonte temporal. El plazo fijado para la inversión determinará en qué tipo de activos se puede invertir.
3 Otro elemento fundamental es el perfil de riesgo, entendido como el porcentaje máximo que la empresa está dispuesta a poner en riesgo de pérdida.
4 También hay que valorar el coste de oportunidad, comparando la rentabilidad de la inversión con el coste de financiación y el retorno de la actividad de la empresa
5 Los conocimientos financieros son decisivos a la hora de apostar por los productos más complejos. No es recomendable invertir en nada que no se entienda.
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