La Ley de Segunda Oportunidad, a grandes rasgos, tras un fracaso económico, empresarial o personal, permite que la persona tenga una segunda oportunidad y pueda rehacer su vida sin tener que arrastrar deudas de forma indefinida y que difícilmente podrá satisfacer a lo largo de su vida.
Permite renegociar la forma en que se devolverán las deudas para que la persona afectada pueda hacer frente a sus gastos de vivir.
En el caso
de que no se llegue a un acuerdo, un juez podría cancelarla o exonerar de la
misma al deudor a través de la solicitud del beneficio de exoneración del
pasivo insatisfecho o BEPI.
Técnicamente
se la conoce como Ley 25/2015, de 28 de julio, de mecanismo de segunda
oportunidad, reducción de la carga financiera y otras medidas de orden
social. Fue aprobada en 2015.
Como explica Javier Moyano, CEO de Reclama Por Mí “es una ley
que pese a entrar en vigor en España en 2015, aún es desconocida y que, sin
embargo, podría “salvar” a muchas personas de una situación de quiebra
económica personal irremediable”.
Esta
norma amplía, desde el pasado 2 de julio de 2019, los tipos de deuda que
pueden cancelarse con la aplicación de la Ley,
gracias a una sentencia del Tribunal Supremo que sentenciaba que los créditos
públicos
debían ser
incluidos en la Ley de la Segunda Oportunidad.
El
fallo otorga la capacidad a los tribunales de exonerar un porcentaje que puede
llegar a superar el 70% de las deudas con Hacienda y Seguridad Social, en
algunos casos, y de ordenar, limitar y cuantificar el fraccionado de los pagos
del resto de la deuda.
En países como Italia, Alemania o Francia, en los que existe esta
regulación desde hace algo más de 7 años, ya se están acogiendo entre 100.000 y
180.000 personas al año.
En España,
según el Centro de Estudios sobre la Ley de la Segunda Oportunidad en
colaboración con el Instituto Nacional de Estadística (INE), tan solo se han
acogido 9.000 personas desde su entrada en vigor.
“Queremos que en nuestro país la gente conozca la existencia de esta Ley de Segunda Oportunidad y que puede acogerse a ella porque es una ley que realmente permite esa segunda oportunidad a personas que, ahora mismo, no tienen opción de rehacer su vida, ahogados por las deudas”, afirma Moyano.
Son estos:
1. –
DEMOSTRAR QUE NO PUEDE PAGAR SUS DEUDAS
Para presentar un modelo de solicitud de la Ley de Segunda Oportunidad,
la persona física o autónomo que se encuentre en situación de quiebra y quiera
eliminar sus deudas debe poder demostrar que se ha liquidado todos sus bienes o
patrimonio en el concurso y que no puede hacer frente a las exigencias de los
deudores.
Es decir, el
particular o autónomo no puede tener ni dinero, ni activos.
Si no, significaría que aún puede pagar.
2. –
ACREDITAR QUE SE HA PROCEDIDO DE BUENA FE
La interpretación o no de si ha existido buena fe es muy controvertida
en la Ley de Segunda Oportunidad. Por normal general se considera que ha obrado
de buena fe cuando:
Como explican desde Reclama Por Mí, toda persona o particular que esté
tentado de ocultar parte de sus bienes o dinero en la Ley de Segunda
Oportunidad, debe saber que no sería legal y si lo oculta deliberadamente no
puede acudir a este mecanismo porque se entendería que existe mala fe”.
Fuente: Confilegal
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