El BCE, que dota a la hipotética versión digital del euro de las características del efectivo, insiste en que está pensado para complementarlo y no para sustituirlo
El euro digital está un paso más cerca de hacerse realidad. Tras un
periodo de investigación y definición que ha durado dos años, el BCE ha
anunciado que el próximo 1 de noviembre la versión digital de la divisa
comunitaria entrará en la conocida como fase de preparación. Según ha explicado
el banco central a través de un comunicado, los trabajos de esta nueva
etapa incluirán la finalización de las normas de funcionamiento y la selección
de los proveedores que podrían desarrollar la plataforma y su infraestructura.
También se procederá a hacer pruebas y experimentos de cómo sería su llegada.
De esta forma, el proyecto de digitalización de la divisa de la Unión
Europea ha superado su primera gran fecha clave. La siguiente, si todo va según
lo previsto por el BCE, tendrá lugar dentro de dos años, cuando el Consejo de
Gobierno de la máxima autoridad monetaria deberá decidir si el euro digital
entra en otro estadio de preparaciones en el que se “pavimentará el camino de
la posible emisión del euro digital y de su implementación”.
Pese al avance del euro digital, el BCE especifica que esta decisión no
significa que vaya a ser aprobado. “El lanzamiento de la fase de preparación no
es una decisión sobre si emitir o no el euro digital. Esa decisión será tomada
por el Consejo de Gobierno una vez que el proceso legislativo de la Unión
Europea haya sido completado. El BCE llevará a cabo cualquier ajuste del diseño
del euro digital que se haga necesario como resultado de las deliberaciones
legislativas”, escribe la autoridad monetaria.
La Comisión Europea inició el proceso legislativo del euro digital
emitiendo una propuesta en junio de este año. El Parlamento y el Consejo
europeo están evaluando la propuesta de la Comisión. Según detalla el BCE en
un informe más extenso de lo que implica el paso dado este miércoles,
el resto de instituciones europeas están recibiendo de forma positiva las
propuestas sobre el diseño de la moneda que va efectuando.
El diseño del euro digital es, según explica el propio BCE, una forma
de efectivo que puede ser usada en pagos digitales en toda la zona euro. “Será
accesible, gratuito, y podrá usarse de forma online y offline. Ofrecerá los más
altos niveles de privacidad y permitirá a los usuarios hacer pagos de forma
instantánea con dinero del banco central. Podrá usarse de persona a persona, en
los puntos de venta, en plataformas de e-commerce y en transacciones oficiales
con el Gobierno. Ninguna otra forma de pago ofrece todas estas características.
El euro digital rellenaría ese hueco”, asegura el BCE.
En varios puntos del informe publicado este miércoles, el BCE insiste
nuevamente en una afirmación que ya ha realizado de forma recurrente a lo largo
de los dos años que ha durado la investigación inicial, el euro digital, pese a
estar siendo diseñado con unas características que buscan imitar las del dinero
en efectivo, no buscaría sustituirlo, sino más bien, complementarlo. “Por
supuesto, junto con el euro digital, el dinero en efectivo continuará estando
disponible. Según los hallazgos de la última encuesta de pagos de los
consumidores, al 60% de los europeos les gustaría tener la opción de pagar con
efectivo. Ya sea en formato físico o digital, el Eurosistema está comprometido
a proveer una forma confiable de dinero”, reza un apartado del informe.
Aunque el efectivo sigue siendo una opción mayoritaria en los
pagos, tal y como muestra el último estudio sobre hábitos en el uso del
efectivo publicado por el Banco de España en enero de este año, el declive
continuo en su uso en pro de alternativas como el pago con tarjeta o con
dispositivos móviles es un motivo de preocupación para el BCE y el principal
argumento de fondo para justificar la creación de su alter ego digital. A
diferencia de un euro en una cuenta bancaria, el euro digital sí que estaría
creado directamente por el banco central europeo.
Dado que a ojos de un usuario un hipotético euro digital y un euro
situado en una cuenta bancaria de la actualidad serían muy parecidos, para
entender el porqué se plantea el BCE su creación es mejor poner el foco en qué
se diferencian. El dinero en efectivo solo puede ser emitido por el BCE y el
resto de bancos centrales que componen el eurosistema. El euro de la cuenta
bancaria no ha sido “creado” por el banco central por así decirlo, sino que se
ha “generado” por la propia entidad bancaria privada. El euro digital que
quiere crear el BCE sería como el dinero en efectivo también en este aspecto.
Sería emitido por el propio BCE, pero con las ventajas que aporta un manejo
digital del dinero.
No obstante, el BCE es consciente de que el euro digital puede suponer
todo un desafío para el sistema bancario. De hecho, en función del diseño que
tenga, podría provocar un colapso bancario al poner mucho más fáciles las
estampidas de los ahorradores. En el caso de que una entidad financiera
atravesara dificultades, aunque los depósitos están garantizados hasta 100.000
euros, los ciudadanos podrían tener miedo y retirar en masa el dinero
depositado en esa entidad para convertirlo en euros digitales, que están
garantizados por el BCE. “Con el objetivo de prevenir una excesiva fuga de
depósitos bancarios, la cantidad de euros digitales que podrán atesorar los
usuarios finales podría estar limitada. Con todo, aún podrían hacerse comprar
por encima de esa cantidad, ya que el wallet del euro digital podría conectarse
a las cuentas bancarias de los usuarios”, especifica el BCE en el informe. El
hecho de establecer un límite a cuánto de esta nueva versión del dinero digital
pueden tener los ciudadanos es algo que ya han explorado otros bancos
centrales como el Banco de Inglaterra y una opción que el BCE ya lleva tiempo
planteando.
“Tenemos que preparar nuestra moneda para el futuro”, ha declarado la presidenta del BCE, Christine Lagarde. “Pensamos en el euro digital como en una forma digital de efectivo que pueda utilizarse gratuitamente para todos los pagos digitales y que cumpla los niveles de privacidad más estrictos. Coexistiría con el dinero físico, que siempre estará disponible, sin dejar a nadie atrás”, añadió Lagarde.
FUENTE: CINCODÍAS
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