Esta mejora se debe a dos factores fundamentales. Respecto a la OCDE se ganó competitividad por la depreciación del euro frente a las monedas de estos países. Además, se logró avances en la posición competitiva también vía precios, al contraerse los precios de consumo españoles al tiempo que la media de los precios del resto de países de la OCDE se incrementaba. En cambio, los precios de las exportaciones en España aumentaron ligeramente, mientras que en los países de dicha área experimentaron caídas como consecuencia de la rebaja de los precios de los productos energéticos y las materias primas.
Las cifras que recopila el departamento que dirige Luis de Guindos muestran cómo mientras el ITC de España frente a la OCDE, excluidos los países de la UE-28, finalizó 2014 en los 102,7 puntos, en septiembre pasado este indicador marcó los 92,2 puntos.
Y es que en el tercer trimestre de este año, la economía española fue más competitiva que la de los países de la OCDE, tanto frente al conjunto de ellos, como respecto a los que no pertenecen ni a la zona euro, ni a la UE. Se acumulan así cinco trimestres consecutivos en los que se gana competitividad sobre estas zonas. En términos relativos, la nota difundida por Economía destaca esta importante caída del índice (-6,9%), motivada por el importante retroceso del índice de tipo de cambio (-5,6%), junto con el descenso del índice de precios relativos (que disminuye un 1,4%). Conviene recordar en este punto que esos descensos porcentuales significan ganancias de competitividad.
Evolución de los salarios
Por su parte, respecto a la UE-28 el ITC disminuyó un 2,1%, una ganancia de competitividad que se produjo por la caída simultánea del índice de precios relativos de la exportación, en un 1,0% y del índice de tipo de cambio, en un 1,1%. Se trata del décimo trimestre consecutivo en el que se gana competitividad frente a esta zona.
Con los países con los que comparte España moneda, también hubo ganancias de competitividad, aunque esta vez vía precios de exportación que, de nuevo se comportaron mejor en España que en el resto de la Unión Monetaria. También, es el décimo trimestre consecutivo en el que esto sucede.
Y frente a los BRICS, como en el caso de la OCDE, España logró una importante ganancia en su posición competitiva por quinto trimestre consecutivo. Dicha mejora fue de nuevo consecuencia tanto de la disminución del índice de precios relativos, del 5%, como del retroceso del índice de tipo de cambio un 2,9%, unas caídas que contrastan con los importantes aumentos que se registraron en 2013 y parte del año pasado.
Tal y como recordó hoy Economía, la inflación media de los países BRICS supera a la tasa española desde el tercer trimestre del año 2006. Sin embargo, la fuerte apreciación del euro frente a las monedas de estos países en trimestres anteriores dificultaba en gran medida ganar competitividad respecto a estas zonas.
De este modo, los números evidencian ya desde hace tiempo que la economía española parece haber aprendido la lección de cómo unos precios y costes elevados no hacen otra cosa que lastrar la competitividad de las empresas y sus productos. Además, impiden el aumento de las ventas y con ello dificultan la actividad y la creación de empleo. El Gobierno insiste por ello en que esta moderación de costes es la única senda posible para consolidar las ganancias de competitividad y conseguir que el crecimiento económico pueda sustentarse más en las exportaciones y no tanto en el modelo productivo anterior, donde sectores como la construcción ostentaban demasiado peso, en opinión de los expertos.
En cualquier caso, todo apunta a que esa tendencia continuará, tal y como recoge en su último análisis el Instituto de Estudios Económicos (IEE). Elaborado con las últimas previsiones realizadas por la Comisión Europea, este think tank prevé que España mantendrá en 2016 la tónica de moderación en el crecimiento de los salarios con una subida del 0,6%. Sin embargo, en el conjunto de países de la UE-28, el promedio se situará en un 2,0%, levemente por encima del 1,7% previsto para este año.
Los mayores incrementos de la remuneración por asalariado se producirán en los países de reciente adhesión a la Unión Europea. Rumanía, Estonia, Letonia y Lituania encabezan la clasificación con cifras del 5% o superiores. La República Checa, Polonia, el Reino Unido y Hungría se situarán por encima del 3%, mientras que Malta, Eslovaquia y Bulgaria se quedarán levemente por debajo.
En Suecia, la remuneración por asalariado crecerá un 2,8% y en Alemania un 2,7%. Irlanda (2,2%) y Dinamarca (2,1%) también superarán el promedio europeo. España estará en 2016 entre los cuatro países de la UE con menor subida de la remuneración por asalariado con una previsión del 0,6%. Solo Italia, Bélgica y Grecia registrarán revalorizaciones más bajas.
FUENTE: CINCO DIAS
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