El excedente bruto de explotación de las sociedades está 10 puntos por debajo de Europa.
En los dos últimos ejercicios las compañías han perdido unos 100.000 millones de euros.
Este factor está íntimamente relacionado con la evolución del PIB.
Los síntomas de recuperación económica en España indican que la actividad sigue por debajo de los niveles previos al Covid. En concreto, los beneficios empresariales una vez restados los gastos correspondientes al factor trabajo -conocido como Excedente Bruto de Explotación (EBE)- están unos 11 puntos debajo de la media europea e indican que, junto a Portugal, España es el último país con peor ritmo de recuperación de los beneficios empresariales y del PIB, con una brecha de 3,2 puntos frente a 2019.
Tal y como recoge el informe coyuntural del Instituto de Estudios Económicos (IEE), en el acumulado de los años 2020 y 2021 se ha producido una pérdida de casi 100.000 millones de euros (casi 65.000 en 2020 y casi 34.000 en 2021). Observando a fondo el problema, su director general, Gregorio Izquierdo, apunta a elEconomista.es que el problema es incluso mayor en el indicador del EBE en sociedades no financieras, ya que no incluye el capital fijo y constante (alquileres, por ejemplo): son 75.000 millones los que se han dejado por el camino las empresas, que mantienen un nivel pre Covid del -8,8%.
De hecho, los tres vecinos del sur, Portugal (-6,3%), Italia (-2,1) y España (-6,2) mantienen los beneficios empresariales en un estado de recuperación parcial respecto al año 2019. Salvo esta excepción, la evolución de los resultados empresariales (aproximados con el EBE) en España durante los últimos dos años muestran el peor comportamiento de toda la Unión Europea. Prácticamente la totalidad de los países europeos el EBE no solo ha recuperado los niveles anteriores a la crisis, sino que los ha sobrepasado "ampliamente", recogen desde el IEE. Por ejemplo, en el conjunto de la UE-27 el EBE ya se sitúa un 5% por encima del nivel de cierre de 2019, y, en el caso de Irlanda -otro caso excepcional, aunque por la parte positiva-, este indicador crece hasta un 26% con respecto a los niveles previos a la crisis.
Este análisis de la problemática empresarial, los escollos que está teniendo que afrontar en la salida de la pandemia con un mercado afectado por la inflación, los cuellos de botella o las materias primas, cuenta con el aval de algunos de los principales economistas del país. De hecho, al debate previo a la elaboración y publicación del informe La inflación y la incertidumbre frenan la recuperación de las empresas acudió la máxima representación institucional, Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del Banco de España, con permiso del Gobernador, Pablo Hernández de Cos.
Lastre ligado al PIB
Según recalcan desde el IEE, los beneficios que descuentan el factor trabajo explican gran parte del lastre del Producto Interior Bruto (PIB) en España, un apunte que ejerce de contrapunto frente a la Unión Europea, la Eurozona o las principales economías del euro. "Esta situación es preocupante porque la evolución del EBE explica, en buena medida, la evolución del PIB", explican desde el think tank ligado a la CEOE.
Con el lastre en los beneficios empresariales ligado estrechamente a la evolución de la economía, destaca que, de nuevo, tanto España (-3,2%), como Portugal (-1,4%), como Italia (-1,2%) mantienen su PIB por debajo de los niveles previos a la ruptura de la pandemia. Eso sí, aquí España se lleva el oro en solitario y se postula como la economía del euro más atrasada en la recuperación, con 3,2 puntos por recuperar de la histórica caída de 2020 (10,8%).
Ante la "amenaza" sobre los beneficios empresariales, desde el IEE consideran que no es un elemento inflacionario. En su actualización de previsiones, han mantenido el PIB al 3,9% para este año y, en línea con las previsiones del resto de analistas, calienta las expectativas de la inflación media hasta el 8%. "Lo que se debe hacer es favorecer la normalización de estos resultados empresariales, en lugar de introducir aún más obstáculos a este proceso", explican, aludiendo a un "pacto contra la inflación". El IPC, recordemos, acumula un crecimiento interanual del 10,2% en junio, dato más elevado en casi cuatro décadas.
Rentas y costes laborales
Los trabajadores también afrontan actualmente una bajada respecto a 2019. Los salarios han caído un 0,5%, sin embargo por el lado de los costes laborales unitarios se observa un incremento del 5,8%. Aquí, los datos ahondan en el problema de la productividad de las empresas en España, pues el resultado de la subida del coste laboral atiende a la caída del 5% de la productividad en el mismo periodo de 2019 a 2021.
En en el período reciente los niveles de crecimiento del deflactor del PIB (3,3%) son muy inferiores a los de otros indicadores como el IPC, lo que explicaría, según recogen los economistas del IEE, que "una buena parte" del alza de precios en España se corresponde a una inflación importada que atiende a los problemas de las cadenas de suministro y las materias primas.
En el primer trimestre, el EBE también explica la tibia evolución de la economía porque se situaba un 5,1% por debajo del cuarto trimestre, al tiempo que las subidas salariales se hacían notar. "Todo lo anterior ha hecho que, en el período reciente, las rentas salariales hayan ido ganado peso en el PIB (1,2 puntos entre 2019 y 2021), mientras que los beneficios empresariales lo han perdido (-1,4 puntos)", explican.
FUENTE: EL ECONOMISTA
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