Los
procedimientos superarían los registros de 2013, en plena crisis de deuda.
Observan un
"alto riesgo" de insolvencias, que repuntarán a 9.500 en 2023.
Señalan la estanflación como desafío prioritario para la economía española.
El Consejo General de Economistas (CGE) ha presentado el Atlas Concursal 2022, elaborado por el Registro de Economistas Forenses (Refor) de la institución. Los Economistas alertan de un considerable repunte de los concursos de acreedores este año y el que viene, que llegarán a los 10.000 procedimientos y superarán el nivel de 2013, en plena crisis de deuda en la Eurozona. A pesar de este incremento, confían en que "una aplicación eficiente de la reforma concursal" permita gestionar "con mayor agilidad" el repunto de procedimientos en autónomos, microempresas y personas físicas para salvarlos de la liquidación.
"Lo normal es que superemos los 10.000 concursos sin que
eso tuviera que asustarnos desde el punto de vista de progreso económico.
Estamos muy por debajo de los concursos registrados en países de nuestro
entorno y eso no necesariamente querría decir que las cosas fuesen peor",
precisaban.
Desde la pandemia se ha producido una senda ascendente de concursos de
acreedores, con un impulso del 52% en 2021. Para cierre de este año y tras el
fin de la moratoria concursal en verano, el impulso de estos procedimientos se
ha visto aumentado en un 30%; en todo caso, desde el CGE y el Reaf manifiestan
que el año acabaría con una subida del 20%.
De cara a 2023, el número de concursos crecerá previsiblemente a un
menor ritmo. Los Economistas confían en las herramientas de la nueva Ley
de reforma concursal, como los planes de reestructuración, para intentar
"reflotar" al tejido empresarial que cae a esta situación y evitar
que terminen en liquidación, explica el presidente del CGE, Valentín
Pich.
El Consejo valora de forma positiva la nueva ley concursal ya que, bajo
su perspectiva, argumentan que si aumentan los concursos no será
síntoma de crisis, sino de regularidad. Explican que el uso de los
concursos es una herramienta más ante las dificultades patrimoniales. La
cultura empresarial español deriva en ser el segundo país europeo que menos
concursos de acreedores presenta (13 de cada 10.000, frente a 47 de cada 10.000
en Europa).
España mantiene una economía sumergida concursal, si bien tiende a la
baja. La ratio entre. Los pagos del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) crecen
sobre el 15%, mientras la ratio que la compara con los concursos ha disminuido
un 15%: es decir, hay más insolvencias que pagos de acreedores. La ratio de
economía sumergida concursal, por tanto, en un 1,15. "Esto viene a
indicarnos que en España muchas empresas no acuden al concurso para solventar
sus crisis financieras" y optan por echar el cierre.
El empresariado está comenzando a afrontar la realidad
patrimonial a través de esta herramienta, también los Ertes afloran la
economía sumergida y acercan la tendencia hacia la reducción de esta brecha que
está por encima de la media europea, explican.
Al respecto, los Economistas auguran un doble incremento de las
insolvencias empresariales. El alza del 20% en 2022, más otro empeoramiento
de la capacidad de afrontar los pagos en 2023, llevarían estas insolvencias
hasta las 9.500.
Un
"aterrizaje suave" facilita la coyuntura
Javier Santacruz, miembro del servicio de estudios del Consejo, prevé
que el PIB realice un "aterrizaje suave" ante la probabilidad de
recesión técnica en el entorno del euro y, concretamente, en España. Advierte
de la importancia del estancamiento, la principal fuente de preocupación.
"La situación de estancamiento para 2023 y 2024 supone tasas muy
bajas de crecimiento acompañadas con inflación", explica, haciendo referencia
a las previsiones de los principales analistas internacionales como la
OCDE.
Hasta la fecha, el exceso de ahorro acumulado durante la pandemia
-60.000 millones de euros- ha sostenido la demanda pese a la escalada de
precios, también las medidas contra la inflación. En el corto plazo, este
consumo se está enfriando y derivará en un estancamiento del PIB -como
ya muestran los indicadores CLI de la OCDE-. La política monetaria también
contribuye a este freno del consumo, del PIB y, según las previsiones
Santacruz, de la inflación el próximo año.
La fórmula de una recesión corta y suave, más una inversión productiva en la empresa como variable de la salud del tejido empresarial, despejan la incógnita de la evolución de los concursos, reflexionan.
FUENTE: EL ECONOMISTA
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