Describen un conjunto de actividades que permiten al área legal de la empresa ser más eficaz
Las asesorías jurídicas tienen cada vez mayores niveles de exigencia dentro de las empresas. Se les pide que sean más eficientes, mayor nivel de formación, gestionar y seleccionar a sus proveedores o la realización de reporting como cualquier otro departamento de la organización. Todas estas tareas se engloban en lo que se conoce como Legal Operations (Operaciones Legales).
Las Operaciones Legales (o legal ops) describen un conjunto de procesos comerciales, actividades y profesionales que permiten a los departamentos legales atender a sus clientes de manera más eficaz mediante la aplicación de prácticas comerciales y técnicas para la prestación de servicios legales. Legal ops proporciona la planificación estratégica, experiencia en gestión financiera, gestión de proyectos y tecnología que permite a los profesionales enfocarse en brindar asesoría legal.
Esto representa un cambio importante en el trabajo diario de los abogados. Tradicionalmente, los letrados in-house o de empresa han centrado su trabajo en solucionar problemas legales, por lo que no necesitaban una formación específica para gestionar un departamento con criterios empresariales. Ahora, muchos de estos abogados tienen que actuar como directivos que participan en la estrategia de la compañía y que se encuadran en equipos multidisciplinares.
Expertos en varios campos
En este sentido, tal como destacan desde el Consorcio de Operaciones Legales Corporativas (COLC), “la alineación multidisciplinaria del equipo de Operaciones Legales incluye expertos en campos como finanzas, marketing, análisis de datos, aprendizaje y desarrollo, e ingeniería. Estos profesionales trabajan con la gerencia para identificar inversiones estratégicas que desarrollen la capacidad de la organización”.
Según COLC, las capacidades de estos profesionales ayudan a las organizaciones legales a administrar los riesgos de manera más efectiva, monitorear el cumplimiento, adoptar las tecnologías adecuadas y dar valor a la empresa acelerando el negocio. “Un equipo de Operaciones Legales proactivo puede anticipar y planificar los desafíos antes de que lleguen”, subrayan.
Desde diversos foros se defiende que las operaciones legales se desarrollan para posibilitar una realidad donde la mejora de la eficiencia y la aportación de mayor valor añadido son parte del día a día organizativo de la función legal. Aunque su adopción y expansión como concepto de soporte y acompañamiento del negocio se ha formado recientemente, es una manera de enfocar y proyectar la función legal que se está adoptando con rapidez globalmente.
Nuevos profesionales
En este sentido, se han convertido en un ámbito de negocio que ha permitido la aparición de comunidades, organizaciones, estudios, productos y servicios, así como nuevos cargos y carreras profesionales vinculadas a las mismas. La incorporación de estos nuevos profesionales es una realidad que se ha expandido a diversos sectores industriales y ha aumentado de forma considerable en los últimos cinco años.
Según el COLC, el enfoque de Operaciones Legales ha cambiado en los últimos diez años. “Antes, la atención se centraba en la gestión de riesgos y en tratar de reducir los costos de asesoría externa”, señalan. “Sin embargo, en la actualidad es un socio comercial integrado y de confianza para toda la organización al identificar oportunidades para procesos automatizados y utilizar estratégicamente proveedores de servicios para impulsar la eficiencia, sin dejar de reducir los costos”.
A modo de orientación, este consorcio cuenta con una guía, Core 12, que define 12 áreas funcionales centrales “a las que los profesionales de Operaciones Legales pueden hacer referencia como la fuente de conocimiento reconocida por la industria para lograr un funcionamiento y crecimiento de la madurez departamental”. “Cada organización puede invertir en áreas funcionales específicas e identifica las competencias requeridas para administrar y sostener dependiendo de los objetivos organizacionales, oportunidades y recursos”, aclaran.
Aunque a priori puede parecer que la aplicación de esas 12 áreas funcionales es una cuestión que puede funcionar mejor en una empresa grande que en una pequeña, la verdad es que esto no tiene por qué ser así. Desde COLC destacan que “el tamaño de una organización no es el único factor que determina el nivel de madurez”.
A este respecto, explican que “las organizaciones grandes pueden sobresalir en la gestión de sus finanzas y tener dificultades con la gestión del conocimiento, mientras que las organizaciones pequeñas pueden ser excelentes para pronosticar sus iniciativas estratégicas, pero tienen dificultades para administrar su programa de asesoramiento externo”. En cualquier caso, rematan, “independientemente de la escala de madurez del departamento en la que se encuentre, siempre existe la oportunidad de crecer y aumentar los servicios multifuncionales para impulsar la eficiencia”.
FUENTE: ECONOMIST & JURIST
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